Estrategias y actividades prácticas para apoyar a los niños con Síndrome de Down

En la actualidad, existen distintas terapias que tienen el objetivo de mejorar y acompañar los primeros años de vida de los niños con síndrome de Down. 

Podemos encontrar entre las mismas a: la terapia del lenguaje,  la fisioterapia y la terapia ocupacional. Estos programas están supervisados por un médico especialista que mediante un diagnóstico se encargará de aplicar la mejor estrategia de intervención.

 A su vez, podemos complementar estos programas de intervención profesional, con algunas actividades diarias que pueden desarrollarse en el hogar. Aquí desarrollaremos una breve explicación sobre en qué es un programa de intervención temprana y te mostraremos u abanico de posibilidades para que puedas ayudar en este proceso con algunas actividades para hacer en tu  casa.

Intervención temprana en niños con Síndrome de Down: qué es y cuál es su función

Este procedimiento se refiere al conjunto de ejercicios y actividades que se realizan desde los primeros añitos de vida del niño con Síndrome de Down. El fin de estas terapias es contribuir a un correcto desarrollo del niño.

Generalmente, la intervención temprana más frecuente a los bebés con síndrome de Down son: la logopedia, fisioterapia y la terapia ocupacional.

  1. Fisioterapia

Los niños con síndrome de Down desean jugar de las formas en que lo hacen los otros niños: explorando el entorno. Esta exploración tiene lugar cuando el niño comienza a interactuar con su entorno, cuando empieza a gatear y a deplazarse. El hecho de moverse de un lado a otro involucra habilidades físicas que deben desarrollarse poco a poco y que requieren de la motricidad gruesa. 

El problema es que ellos no desarrollan las habilidades motoras como los otros niños. Por este motivo, el fin de la fisioterapia es trabajar en desarrollar mejores patrones de movimientos. Se busca que el niño pueda alcanzar en la adultez una buena postura y una sólida base física para hacer ejercicio durante el resto de su vida.

  1. Terapia ocupacional

En la etapa del desarrollo temprano, un terapeuta ocupacional puede intervenir para

  1. Ayudar con los problemas de alimentación oral-motora. Debido a la hipotonía y a la debilidad de los músculos de las mejillas, la lengua y los labios, la alimentación es difícil para algunos lactantes con síndrome de Down. 
  1. Ayudar a facilitar la motricidad gruesa y fina. Los terapeutas ocupacionales y los fisioterapeutas trabajan en conjunto para que el niño pequeño  desarrolle los principios de la motricidad gruesa como sentarse, gatear, ponerse de pie, o caminar. Los terapeutas ocupacionales trabajan con el niño sobre los movimientos de brazos y manos que luego serán las bases de la motricidad fina. Algunas condiciones, que incluyen bajo tono muscular y ligamentos sueltos, pueden dificultar los movimientos y por ende el posterior desarrollo de la motricidad. La terapia ocupacional puede ayudar a su hijo a afrontarlos.

3. Terapia del habla y del lenguaje

El síndrome de Down puede traer aparejado dificultades para el desarrollo de la comunicación verbal. En este sentido, la terapia del habla y del lenguaje desempeña un papel crucial en la comunicación de los niños.Durante la logopedia habrá que hacer frente a algunas características físicas, como una cavidad oral reducida y discapacidades cognitivas.

La logopedia se centra en mejorar la expresión oral y la articulación de las palabras. Los logopedas o fonoaudiólogos colaboran intensamente con cada niño, personalizando las técnicas y tácticas para satisfacer las necesidades individuales.

En la terapia, se adoptan ejercicios aplicados para poder fortalecer los músculos de la boca y alcanzar mejoras en la pronunciación. A su vez, participar en actividades sociales puede ayudar a los niños con síndrome de Down a  mejorar su comunicación eficaz en distintos contextos.

María Stroman, de la “Fundación Luz”comenta que “la logopedia también implica a los padres y cuidadores, proporcionándoles pautas y estrategias para fomentar la comunicación en casa y en la vida cotidiana. La constancia y el apoyo constante son esenciales para el éxito de la terapia.”.

Estrategias y actividades prácticas para contribuir a desarrollar la psicomotricidad fina en los niños con síndrome de Down

La psicomotricidad fina es la habilidad para mover las manos y los dedos. Nuestros hijos necesitan una buena motricidad fina para realizar actividades de la vida diaria, como alimentarse, vestirse solos, jugar con juguetes o utilizar una lapicera, una tableta o una computadora. A continuación, compartimos algunas actividades para realizar en casa, que pueden contribuir a  desarrollar la motricidad

1. Jugar con instrumentos musicales

La música es una forma motivadora de mejorar la motricidad fina, y hay muchas opciones según el nivel de habilidad. La actividad puede limitarse a que su hijo golpee con la mano un teclado o un tambor, como una forma sencilla de conseguir un evento de causa y efecto. 

Agregar un palo para tocar el tambor o un sonajero o pandereta en la mano pueden servir para practicar el agarre. También puedes seguir desarrollando su motricidad fina practicando determinados ejercicios, como tocar el piano utilizando sólo el dedo índice, o pulsar botones en juguetes musicales y utilizar el dedo índice para los juegos en una tableta. Si no tienes instrumentos musicales en casa, objetos cotidianos como una cuchara de madera y una olla al revés, o una botella de plástico con un poco de arroz, también pueden servir como instrumento sonoro.

2. Actividades de clasificación

A muchos niños les gustan los juegos de clasificación. Empieza organizando los juguetes grandes, como coches o bloques, en montones de distintos colores. Se pueden clasificar los objetos más pequeños por tipo, forma o color. 

Prueba con diferentes formas como clips, lapiceras y lápices, piezas de lego o monedas. Para que esta tarea resulte más difícil, ofrézcale unas pinzas para coger los objetos o sugiérele que utilice su mano menos dominante. 

3. Stickers

Jugar con pegatinas es una forma estupenda de practicar la motricidad fina. Despegar las pegatinas de su reverso requiere tanta habilidad como pegarlas. Puedes pegar más fácilmente despegando la mayor parte de la pegatina de su reverso. 

Tu hijo puede utilizar los dedos para despegar el resto y luego pegarlo a un trozo de papel o a su libro, diario, o cuaderno favorito. Los stickers son una forma divertida de entrenar su motricidad fina y a los niños les encanta. 

Hay stickers de diferentes formas y colores, los hay de dibujos animados, películas y emojis. Pueden escoger los que al niño más le gusten. Además, los stickers pueden funcionar como una recompensa por un gran esfuerzo o una tarea realizada.

4. Construir bloques

Construir torres requiere mano firme y precisión en la colocación del siguiente bloque. Se puede empezar apilando objetos más grandes, como libros o latas vacías. 

A medida que adquieran más precisión, prueben apilar objetos más pequeños, como monedas, piezas de lego o bloques. Con éstos últimos, se puede construir todo tipo de escenas y estructuras, y la actividad de unir las piezas es estupendo para su motricidad fina. 

5. Dibujar

Se recomienda empezar a dibujar con los dedos o las manos. Puede ser en la arena, con un palito en la tierra o en una tableta con juegos como “Finger Paint”. Luego se puede practicar dibujar con tiza o lápices de colores.

También se pueden incorporar otros objetos a los dibujos como por ejemplo, stickers, cola, purpurina o papel glaseado. Para empezar, cualquier tipo de agarre es bueno, ya que mantener el agarre y la presión puede ser un gran reto en sí mismo. Puedes animarlo a trazar líneas de arriba abajo, de lado a lado o en diagonal. 

El movimiento más difícil son las líneas curvas y los círculos. Empieza con el estilo libre y luego prueba con juegos de punto a punto, completar el dibujo, colorear y luego copiar dibujos sencillos que hagas para él. A medida que mejore, pasa a utilizar lápices de colores o bolígrafos más finos. Su motricidad fina tardará en desarrollarse, así que dedica semanas o incluso meses a cada etapa antes de probar con otra.               

Las ideas para el exterior incluyen pintar la pared, el suelo o la valla con un pincel y agua. Pintar con pistolas de agua, pulverizadores para plantas o botellas exprimibles es estupendo para fortalecer las manos y trabajar la coordinación óculo-manual.

6. Puzzles

Los puzzles son perfectos para que los niños combinen formas y trabajen su motricidad fina. Algunos niños intentan utilizar la fuerza en lugar de girar la pieza del puzzle para que encaje. 

Empieza con puzzles fáciles en los que puedan tener más éxito para enseñarles a girar la pieza del puzzle. Si no tienes puzzles en casa, busca una página bonita de una revista y córtala en varios trozos. Tu hijo puede recomponer las piezas.

7. Cortar

Utilizar las tijeras es una forma estupenda de fortalecer las manos y desarrollar la motricidad fina. Puedes empezar cortando papel libremente, ya que así aprenderá la técnica correcta para cortar. Asegúrate de que el pulgar se mantenga erguido al cortar. Continúa cortando líneas rectas en cartulina y/o papel. A medida que desarrolle sus habilidades, puedes dibujar formas interesantes para que las corten. Estas actividades deben ser supervisadas en todo momento.

Artículos recomendados